Senderismo, hiking, trekking… son palabras que escuchamos a menudo aplicadas a “andar por la montaña” pero, ¿sabemos realmente qué significa cada una de ellas? ¿existe alguna diferencia?.

El senderismo consiste en recorrer zonas rurales y/o de montaña utilizando para ello las antiguas vías de comunicación abiertas por nuestros antepasados y que hoy permanecen prácticamente en desuso. Esta actividad se realiza siempre por caminos balizados y señalizados por profesionales, contribuyendo así a la recuperación y mantenimiento de los caminos tradicionales. Es frecuente que este tipo de rutas sean promovidas por administraciones públicas y homologadas por organismos oficiales y federaciones, garantizando así la seguridad de las mismas. El hiking por su parte no es sino el término en inglés que se aplica al senderismo.

El trekking  o excursionismo es una especialidad del montañismo que se desarrolla en entornos generalmente aislados, de alta montaña y poco frecuentados como cañones, montes o bosques. Su peculiaridad es que no suele emplear senderos para los desplazamientos y, si lo hace, estos senderos no se encuentran señalizados.

Mientras que senderismo se basa en rutas oficiales creadas para acercar al usuario a medio natural y ofrecerle información sobre la zona en la que se encuentra (patrimonio, cultura, elementos etnográficos…), el trekking es una forma de hacer turismo de forma alternativa ya que es el propio usuario quien crea su ruta. En ambos casos la duración y distancia es muy variable, existen rutas cortas de pocas horas hasta rutas largas de varias jornadas; lo importante es conocer siempre la dificultad de la ruta a la que nos vamos a enfrentar y ser conscientes de nuestro estado físico y el de nuestros acompañantes.

Todas estas actividades, no importa la modalidad, tienen como único fin disfrutar del contacto con la naturaleza; los paisajes, la flora o la fauna.