El otoño ha llegado y con él la berrea, que no es otra cosa que la época de celo del ciervo. Un espectáculo increíble que todos deberíamos ver al menos una vez en la vida.
La berrea pone banda sonora a la bajada de temperaturas y la llegada de primeras lluvias. Los machos, después de todo el año, están preparados para la reproducción y así lo hacen saber a las hembras.
Los primeros signos que se aprecian en la naturaleza y que anuncian la llegada de la berrea es la desaparición de la corteza de los árboles. Este fenómeno se debe a que los ciervos preparan su cornamenta frotándola contra los árboles para eliminar el terciopelo que las recubre. Además se aprecia la tierra revuelta, señal inequívoca de que han orinado para marcar el territorio.
Durante el periodo de berrea los ciervos miden sus fuerzas con su garganta, emitiendo un bramido muy característico que puede oírse a kilómetros de distancia, golpean el suelo con las cuernas y, por último, luchan acaloradamente para declarar el vencedor y el vencido.
El vencido obtiene así el favor de las hembras y el derecho a montarlas para asegurar la supervivencia de la especie. En algunos casos puede reunir harenes de hasta 50 hembras que darán a luz a un único cervatillo ocho meses más tarde y que permanecerá con ellas hasta el siguiente parto. Por su parte, los machos vuelven al bosque a pasar solos el invierno.
En España son muchos los lugares desde donde se puede contemplar este fenómeno natural que llega con el otoño. A continuación enumeramos algunos de los más importantes debido a la densidad de su población:
- Parque Nacional de Cabañeros (Ciudad Real y Toledo)
- Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas (Jaén)
- Parque Nacional de Monfragüe (Cáceres)
- Monte del Pardo (Madrid)
- Sierra de Hornachuelos (Córdoba)
- Parque Natural de Redes (Asturias)
- Comarca de la Sidra (Asturias)
- Reserva Natural de Boumort (Lleida)
- Sierra Morena (Jaén)
- Sierra de la Culebra (Zamora)
Es importante recordar la necesidad de que nuestra presencia pase inadvertida, evitando así intervenir en el desarrollo normal de los acontecimientos. Para lograrlo mantendremos una distancia prudencial y nos ayudaremos de telescopios o prismáticos para poder observar su desarrollo sin molestar.
Nosotros ya estamos planeando una escapadita de fin de semana para no perdernos detalle y disfrutar de este momento. ¿Y tú? ¿Nos cuentas tu experiencia? ¿Qué otros lugares nos recomiendas?